martes, 23 de marzo de 2010

Reloj, no marques las horas


—¡Buenas! ¿Me podría decir la hora?
—Sí; como no: "la hora"
—¡No! Quisiera que me diga la hora, la hora que marca su reloj.
—¡Ah! Ahora sí. Las 7:30.
—¿Cómo las 7:30? Si estamos cerca del mediodía.
—Lo que pasa es que ayer se quedó sin baterías.
—Bueno..., lo hubiera dicho desde un principio.
—Ud. quiso saber la hora que indicaba mi reloj, no el estado de las baterías
—¿Y porqué no le cambia las baterías?
—¿Para qué?
—¿Cómo para qué? Para saber la hora.
—Pero era usted el que quería saber la hora, no yo.
—Bueno, pero... ¿no le interesa saber que hora es?
—Por supuesto, son las 7:30.
—No hombre, su reloj no funciona, es cerca del mediodía.
—Para usted. Para mí son las 7:30 hs.
—Pero, ¿Qué le pasa?
—Es que he decidido estancarme en el tiempo.
—¿¡Cómo!?
—Sí. De ahora en más ya no tendré apuro, ni pereza.
—Pero el tiempo no se puede detener...
—No crea, es más fácil de lo que piensa.
—Definitivamente, usted está delirando.
—¿Me creería si le digo que ya no llego tarde a mis citas?
—No le creo.
—Ya no es ni tarde ni temprano, sólo las 7:30 hs.
—¡Esto es imposible!
—¿Cómo imposible?
—Sí, esto es una total pérdida de tiempo.
—No. Yo no tengo perdido mi tiempo
—Usted no sabe nada.
—Sí, sé que en mi reloj son las 7:30 hs.
—¿Y?
—Y que usted está tratando de averiguar que hora es.

5 comentarios:

Sebastián Zaiper Barrasa dijo...

Claudio reinventándose siempre!

Empieza como un juego de humor;
termina con un ensayo sobre la concepción del tiempo.

Poesía pura.

Ana GyS dijo...

Claudio, este texto me dejó pensando... a cada cual le llega su hora, todo el tiempo... creo que tenes razón, sea lo que sea que estabas diciendo.

Claudio S. dijo...

Ana,
Gracias por tu comentario, pero ahora no puedo contestarte, estoy apurado, se me hace tarde, no veo las horas de perder el tiempo.

Diana H. dijo...

El tiempo sólo debería estar para ser perdido, es la única forma de ganarlo.
Me encanta este tema,yo soy una eterna habitante de las nubes que se vio obligada a adaptarse a los relojes para habitar este planeta. Pero todavía doy batalla. Por ejemplo,llego tarde a todos lados. Por rebeldía, nomás.
Muy buenas tus historias!

**VaNe** dijo...

Y tan simple como dejar de "medir".
Gracias por la genial reflexión.
Beso!